TAKING CARE OF OUR CHILDREN, #ITSAMUST!

ALBOROTARSE, IT´S A MUST

Para ustedes tenía pensado un contenido muy específico para hoy, pero resulta que después de hablar con muchas, pensé en que el contenido de esta semana debería ser un homenaje. Una voz levantada de todas nosotras por las niñas y los niños no sólo del país sino del mundo.

Todas sabemos la atrocidad vivida por la chiquita embera chamí de 13 años, el pasado 22 de Junio, no digo el abuso sexual, porque la atrocidad es toda y va mucho más allá del acto sexual. Que estén implicados soldados, no lo hace más grave desde mi punto de vista, pero sí más contradictorio, más frustrante, porque son los que en teoría cuidaban a esta comunidad, hecho que lo hace más público, obviamente ha despertado todo nuestro repudio e indignación, es muy grave entenderlo como un plan macabro pues la niña primero fue sacada del lugar en el que estaba, y luego torturada, había ya claramente una intención de dañarla, de quebrantar su inocencia para siempre.

Esto me ha llevado a pensar en cómo viven los niños de nuestro país, los que habitan lugares que probablemente muchas ni conocemos, lugares donde no existe el tiempo de pensar bonito, sin maldad, como sólo lo hacen los niños.

No existe la posibilidad de vivir la niñez como en los cuentos de hadas, con magia, con la imaginación, con juegos interminables. Algunas de ustedes por lo que nos han compartido ya, tienen hijos, algunas no los tenemos, pero la sensibilidad con los menores es algo que seguramente compartimos todas, el daño hecho a ellos nos duele como una historia que se nos mete en el alma y nos hace derramar lágrimas ajenas.

La realidad de nuestro país según Medicina Legal, es más que triste, es una realidad que parece una película de terror de Netflix, son cifras que atraviesan mi mente, y que la empatía que cada una tenga, la pondrá mentalmente en esa escena, en ese espacio y tiempo de la brutalidad a la que han sido sometidos, ellos que aún no entienden ni lo que les está sucediendo.

Entre enero y mayo de este año se han realizado más de 7.500 exámenes por posible abuso sexual. En más de 6.000 de los casos, las víctimas eran menores, la gran gran mayoría mujeres, y para rematar esta pesadilla las edades están entre los 0 a los 17 años, ¡leyeron bien! CERO AÑOS. Es una barbaridad, es algo tan horrible que no encuentro una palabra concreta que lo describa, el nudo se apodera de mi garganta. 

Algunas tendrán en sus pensamientos soluciones como la educación; me gusta cuando encuentro personas que difieren de mí, porque casi siempre creo que la persona que es mala nace siéndolo, y que es algo muy de la esencia personal, pero ustedes me corrigen, me enseñan que no existe bueno o malo, que no todo es blanco o negro, tal vez esos matices de oscuridad están dados por un patrón de maltrato previo, un abuso inicial que desencadena un círculo vicioso que termina chocando con toda su brutalidad a los más indefensos, es algo que a mi personalmente me cuesta mucho justificar, y por eso tiendo a caer en el error de radicalizar todo, me toma mucho trabajo pensar en esas políticas de ayuda a estos animales «humanos» salvajes heridos, con sed de herir también. Intento pensar en ese ámbito de recomposición social que se le debe ofrecer al maltratador, intento ponerme en esos zapatos de nobleza donde debemos entender al “malo” tanto como al “bueno”… uuuuffff qué difícil. Quiero saber si ustedes creen que aspectos como la educación, la ayuda psicológica, y este tipo de salidas sirven realmente para intentar enmendar seres humanos que están muy estropeados. Creen en la sanación de estas conductas? tienen algún caso conocido?.

Posiblemente, por las estadísticas mostradas, algunas de ustedes en algún momento hayan sido víctimas de algún tipo de abuso, en este caso sexual, o se hayan salvado, o han estado sometidas a alguna situación incómoda, no necesariamente al punto de ser abusadas, pero tal vez acosadas de alguna manera. ¡Lean esto por favor! y díganme sino estamos muy rodeadas de mierda. Curiosamente, hace poco hablé con alguien, y me contaba que había estado en medio de un momento bastante inadecuado pero no sabía cómo hablarlo porque de alguna manera se sentía “culpable” por estar en ese lugar, ahí mismo entendí este problema tan profundo que tiene nuestro mundo (porque esto no es algo solamente de este hemisferio), que arranca su carrera a toda velocidad con el machismo (muchas veces reforzado por nosotras mismas) hasta la normalización del sometimiento, de lo sencillo que parece convertir a una mujer en un objeto, del poder que cree tener un hombre para pisotear nuestra dignidad como seres humanos. 

Yo honestamente no me consideraba una feminista ni nada por el estilo, me gusta defender lo que considero justo, y hay que decir que hay hombres víctimas también, pero este es un espacio de mujeres y por eso me enfoco tanto en este flagelo que nos golpea a todas, ¡sí a todas! porque si ustedes están en su espacio cómodas, la tarea es incomodarse un poco y pensar en que son miles de nosotras las que tienen a su bestial enemigo en su misma cama, casa, colegio, barrio, o tristemente familia. 

Ustedes, nosotras, ellas, que han sido violentadas, y que sus vidas cambian para nunca volver a ser las mismas, quedando por siempre con la compañía de una sombra injusta, infame. DURO NO?

Nos quedamos con la horrible e inquietante duda de las chiquitas que no hacen parte de la estadística, las que callan por temor, por ignorancia, por presión, por soledad, por vergüenza. Resaltamos el trabajo AQUÍ de las que intentan cambiar este panorama absurdo, y nos alborotamos todas para pensar:

Qué hacemos con esto?, Cómo podemos quitarle el alimento a la bestia?, Cuál es ese alimento?.

Las leo.