Cada una en su contexto ha sentido ese agobio en determinado momento, se ha sentido en un callejón sin salida, bien sea por una situación en particular o por un estado momentáneo, en el que la mayoría de las veces, nosotras mismas nos situamos y del que es complejo salir. Me refiero a ese tipo de episodios en los que reencontrarse  y «reiniciar» es difícil, encontrar cómo o a quién acudir es casi una misión imposible.

Algunas de ustedes en sus trabajos, por ejemplo, sienten que hacen cosas que no les dan gozo o que la monotonía y el sin sentido son el pan de cada día y la verdad es que es retador enfrentarse a estas rutinas, cuando se teme tomar decisiones de las que después puedan arrepentirse. Lo mismo sucede para otras en sus relaciones, acompañadas de personas que no las hacen felices y que no están ni cerca de complacerlas emocional, afectiva y mucho menos físicamente. Al final del día sabemos que el rumbo de nuestras vidas, de nuestro día a día, no está en manos de nadie más que de nosotras mismas.

Hoy después de muchos días sin escribir, quería compartir estas palabras para que hablemos sobre algo en lo que he interiorizado un montón:

El auto sabotaje.

He entendido después de pasar por algunos días de pasividad y algunos otros asuntos, que muchas de las circunstancias que vivimos son producto de este daño al que nos sometemos nosotras mismas, intencional o no, producimos en nuestra mente (y cuerpo en algunos casos) estas situaciones que son producto de aspectos más concretos que ya revisaremos. 

Este “auto sabotaje” del que les hablo es la razón por la que muchas veces nos quedamos a medio camino, por las que ese empujón que necesitamos se demora tanto en llegar, es la razón por la que decidimos conformarnos y no ir más allá; es un tema complicado porque aceptar que somos nuestras propias saboteadoras no es un proceso que se da de un día para otro, además en la mayoría de los casos es involuntario.

Cuando comencé a escribir este artículo no tenía tan claro si podría llegar a expresarme con la transparencia de lo que tengo en mente, porque es difícil exponer información, cuando se trata de quitar tapujos y paradigmas propios, pero ojalá 🤞🏻  mi intención se cumpla y al final lleguemos al punto de aceptar y compartir, nuestras “crisis”, entendiendo las causas para trabajar en ellas.

Somos una generación que se preocupa por el bienestar como un todo, por eso es vital identificarse con otras personas que atraviesan lo mismo para entender que esos estados mentales son circunstanciales y que no van a durar toda la vida. 

Cuando he hablado con algunas de ustedes que viven situaciones normales pero angustiantes y estresantes, siempre termino pensando lo mismo: «son poderosas y pueden hacer lo que se les ocurra, pueden lograr grandes cosas, pero ahí mismo me pregunto ¿por qué las cosas no suceden?, ¿por qué no las hacemos suceder?, ¿por qué nos topamos de narices contra la pared, repetidas veces?.

La conclusión a la que he llegado siempre, es la misma: el auto sabotaje.

Por nuestra condición humana en la que solemos victimizarnos y buscar excusas para todo, nos pasamos la vida diciéndonos “no puedo hacerlo”, “pero, cómo lo hago”, “es que una cosa”,“es que la otra”, “no puedo cambiarlo”, “lo cambio luego”, “lo empiezo mañana”, “aún no debo”, “cómo viviré”, etc… 

Todos estos mensajes son los que nos alejan de nuestras metas o de esas cosas que sabemos que sí o sí debemos hacer pero que al final dejamos de realizar. Muchas veces por miedo o por falta de confianza terminamos saboteando nuestro rumbo a seguir.

Claramente no todas han vivido esto, admiro profundamente a las que son decididas y tienen la plena seguridad de no fallar, arriesgan y viven sin deudas consigo mismas, pero la realidad, es que casi todas hemos o vivimos en un constante auto bullying. Tampoco los hombres son ajenos a esta realidad, conozco muchos que pasan por esto mismo, pero a menor escala porque suelen ser más prácticos y más confiados, ¿no les parece?.

Hace unos días (meses tal vez) tenía que hacer ciertas cosas para poder darle continuidad a otras, no me sentía con las ganas, no me sentía deprimida tampoco, al contrario yo vivo en gratitud constante y me considero una persona feliz, pero me encontraba con muchísimas excusas que me alejaban de finalizar temas, me permití encontrar pretextos «válidos» para no ejecutar.

Una de estas cosas, por ejemplo es volver a escribir, que además de apasionarme, me relaja, me divierte y me llena, pero no lo estaba haciendo porque pensaba que no era valorado lo que publicaba y quería tener un alcance inmediatamente mayor, me sentaba frente a mi computador sin ninguna inspiración (o eso pensaba) y ahí entendí que he estado saboteando algunos aspectos de mi vida, porque la realidad, vista con objetividad y no con emoción, es que siempre quiero escribir sobre algo, obviamente siempre es mejor encontrar motivación, pero esto es algo que no necesariamente va a suceder siempre y ahí la disciplina juega un papel importantísimo, ¡crucial!. 

Díganme ustedes si es o no así con este ejemplo. El simple hecho de no lograr disciplina para hacer ejercicio rigurosamente o no encontrar ese clic interno para cambiar hábitos como comer sanamente y lograr con constancia y lógica cuidar de nosotras mismas por dentro y por fuera, eso es auto sabotaje y está asociado directamente a nuestra autoestima y a la poca confianza que nos tenemos para saber que podemos lograr lo que nos propongamos. 

Por eso cuando comencé a escribir esta vez, quería de verdad invitarlas a que no permitan que estas inseguridades las priven de hacer lo que quieren, lo que saben que es correcto para ustedes, no sientan que al tomar esas decisiones que tienen pendientes hace tiempo van a arriesgar de más, al contrario, sepan que las señales que reciben son acertadas, que el sentido común que nos fue dado tiene que usarse más seguido y que seguir el instinto es la mejor apuesta (casi siempre) pero si fallan, créanme que también encontrarán satisfacción allí.

Por algunos temas, experimenté pocos pero poderosos momentos de ansiedad, producto de la incertidumbre y la poca motivación que tenía. Curiosamente no soy una persona que hable mucho de mis propias sombras, tiendo a minimizar bastante mis momentos malos, me cuesta enormemente expresar mis preocupaciones, le temo al fracaso, odio pensar cosas que realmente no creo pero que termino creyendo por momentos, me cuesta pedir ayuda, tal vez es ego o tal vez el estar siempre para los momentos de los demás, me pone en una situación en la que no quiero ser o mostrarme vulnerable, para así poderme sentir con la «autoridad moral» de dar un buen consejo (la verdad, una tontería).

Como respuesta, entré en una actitud conmigo misma de querer controlarlo todo, generalmente he sido cautelosa con la limpieza pero se me empezó a volver un «tema» de mucho rigor, querer saber con certeza algunas cosas que aún hoy no tengo claras me genera estrés, me di cuenta que me saboteaba tanto, que dejé de buscar momentos muy míos que me hacen bien porque en algún punto incluso no tenía mi fe tan intacta como suelo tenerla, ni mucha confianza en torno a mis proyectos, ni a mi misma.

Cuando uno tiene este tipo de actitudes frente a la vida, las “energías” que genera no son precisamente de fluidez, de hecho me encontraba con que nada fluía, tenía en stand by mi proyecto MUST, porque no se daban las materias primas, porque no tenía x o y cosas, etc. Después entendí que yo realmente no le estaba imprimiendo el poder grande que hay en mí, soy una persona que trabaja con amor y entrega, pero la pasión que mi proyecto necesitaba, se la he estado poniendo a otras cuestiones, que aunque también me generan alegría, no son mi meta, ni mi medio para subsistir ni para ayudar a los demás. 

Cuando escribí este articulo quería empoderar a unas personas puntualmente, pero al final, realmente me sirvió grandemente a mí.

Finalmente, vamos a tener una nueva colección de camisetas 100% eco espectacular, es hermosa, diseñada por nosotros para ustedes y con la creencia en que mi proyecto es grandioso por lo que hago por los demás, ahí es donde encuentro mi mayor motor.

También voy a compartirles mis artículos, porque lean quienes lean, así sean dos o mil, quiero que encuentren contenidos que nos nutran, que generen una conversación o por lo menos nos relajen un rato.

Retomamos diseños, producción, ¡todo!, vamos con toda para adelante, dejando atrás este sabotaje; disfrutando y agradeciendo la vida maravillosa que tenemos en construcción.

Recuerden que ustedes son tan aguerridas que cualquier cosa que se propongan la van a conseguir, decirlo es más fácil que hacerlo, pero traten de romper esa cadena de ideas en su mente que las aprieta en vez de liberarlas, esa soga que nos mantiene obedientes pero mediocres, que es muy difícil de romper pero hay que entrar en la práctica de concientizarnos y cambiar, ¿imposible?, pareciera pero no lo es.

Hay que pararse con otra actitud frente a cada día que se nos permite vivir y hacerlo como soñamos, como planeamos, como nos complazca, sabemos lo importante que es mirar para adelante y comprobar por nosotras mismas que con otros ojos, unos más optimistas, más hacendosos, más agradecidos, más nobles con nuestra visión de nosotras mismas, del mundo y de los demás, seguro vamos a hacer cambios significativos.

Por favor si les gusta compartan este articulo con su gente, cuéntenme en los comentarios sus experiencias, sus crisis de los 30´s (si ya la tuvieron), sus auto sabotajes, ¿los tienen identificados?, ¿son mentales?, ¿Son emocionales?, ¿son físicos?, ¿Son hacia los demás?.

Las leo.

Y no olviden que,

No siempre una persona que luce feliz, lo está realmente. Indaguen, preocúpense por los demás, las cargas de otras pueden alivianarse con pequeñas o mínimas acciones nuestras, quién  quita que estas acciones estén en nuestras manos.

 

Para las que no han leído el artículo anterior de verdad se los recomiendo, es muy bueno:

peg-the-patriarchy-sexlife-part-ii