¡Qué viva el matriarcado sexualmente empoderado!
He hecho un experimento que me ha llevado a buen puerto para esta introducción.
Decidí escribir este artículo en un principio con una intención o enfoque muy sencillo, honestamente no esperaba después de hacerles muchas preguntas (algunas bastante incómodas por cierto) encontrar tantas, múltiples, diferentes y sorprendentes respuestas.
Cuando pensé en cómo escribir este artículo vinieron a mi mente muchos cuestionamientos, en ese primer momento de planeación del texto, fue que entendí que sería un tema difícil y a la vez divertido de abordar, pero más que eso, comprendí la dimensión y la profundidad que tiene hablar de cosas del día a día como es el SEXO, sobre todo para las mujeres, porque también indagué con algunos hombres y realmente la diferencia entre cómo pensamos es abrumadora, fascinante de cierta manera.
¡Qué gran tabú es el SEXO!
Me encontré con una cantidad de creencias culturales, religiosas, algunas un poco fuera del siglo; pero para mí ha sido terapéutico entenderlas y diversificar mi forma de pensar, amé escribirlo porque lo quería abordar desde hace días, pero no me atrevía porque no quería herir susceptibilidades o ser demasiado atrevida, mi mente jugaba un papel encadenador, pues pensaba que si estaba dispuesta a escribir sobre esto, algunas personas me mirarían con otros ojos, ¡pero nada que ver!, no voy a decir nada que no sepamos todas. Así que, luego de varias conversaciones en torno a todo el torrente de pensamientos que tenemos con respecto a este tema (sí, pensamos en sexo unas ocho veces al día), finalmente decidí que valía la pena poder abordar este tema, me parece tan interesante poder compartir esas ideas que abiertamente me compartieron, que fueron el punto de partida de lo que espero y ojalá, sea un pequeño aporte a esa gran revolución sexual femenina que viene progresando fuertemente.
¡Estoy ansiosa por compartir sus pensamientos!
Empiezo al revés desde la conclusión de esta investigación, producto de lo que muchas de ustedes me hicieron saber.
Es real: ¡EL PATRIARCADO nos ha oprimido!
Jajajaja suena exagerado pero es la realidad. Siempre he sentido rechazo a ser demasiado feminista porque me parece que muchas ideas del feminismo, cuando se viven como modas no me motivan, no están alineadas a mi forma de ver el mundo, pero ustedes saben que lo que uno más repele es lo que más es, así que por esta vez y bajo este tema, tal vez suene más feminista de lo que puedo imaginar ser, al final del día quiero generar algún tipo de cambio en sus incomodidades, tal vez poder llegar a través de esta lectura a alguna que lo pueda estar necesitando.
Y bueno, es así, la primera conclusión de todo lo que arrojan estas charlas con ustedes, es que de cierta manera hemos sido enseñadas a callar, a no solicitar con palabras explícitas lo que nos gusta, ni hablar, del temor que existe en torno a tener las riendas de nuestros deseos y hacerlos realidad, el miedo de enfrentar a una sociedad que te señala si eres una mujer segura de sí misma y del hecho de emplear tus partes como te venga en gana, estos entre otros issues hacen que la mayoría de mujeres, tenga un problema de insatisfacción sexual, incluso sin saberlo.
Esto normalmente cambia a determinada edad, cuando las mujeres por fin mandan a la porra lo que puedan o no pensar de ellas, pero según entendí, este temita de descubrimiento e inseguridad, empieza en nuestros 20´s y puede terminar por los 40´s, es decir que casi todas las que me leen pueden sentirse identificadas ahora o haberse sentido así antes.
Hemos sido educadas en muchos escenarios para cruzar los brazos (y las piernas), nos han satanizado el sexo desde niñas, puede ser un tema que nunca hemos hablado con quienes nos gustaría, pues la curiosidad sexual y el despertar de esa «carnalidad» te meten en una caja: te categorizan. Estamos orientadas a no querer sentir nuestra sensualidad y ni pensar en hacernos cargo de una sexualidad vivida libremente y empoderadamente, pues en muchos aspectos nos puede llevar a ser percibidas como “putas”, «fáciles», por no decirlo peor.
Es así, ustedes lo han sentido, mínimo una vez en su vida: tal vez, si pido esto, si muestro que sé hacer esto, si me excedo en lo que quiero, si, si, si…
Esta voz en nuestras mentes que se cohíbe de pedir lo que nos satisface por pena, miedo al qué dirá el man, prejuicios, paradigmas y todo esto con lo que las mujeres lidiamos, ejemplo de esto y aunque es un punto que es incluso extraño porque no es tan fácil de entender, es que muchas no se han tocado nunca en su vida, el porqué: no sé hacerlo, me siento rara haciéndolo, tengo curiosidad pero me da impresión o asco, tengo poco conocimiento, me siento loser solitaria, no me interesa, prefiero que alguien lo haga, no le encuentro sentido… y sigue la lista, este ejemplo es uno de esos innegables puntos en común, de las que han disfrutado su sexualidad 100%, pues claramente ese conocimiento de sí mismas, les permite textualmente solicitar sus deseos y llevarlos a los hechos, no dejarlos en la imaginación.
El consejo de muchas para las que no lo han hecho nunca o no lo hacen, es: ¡hay que hacerlo!, solteras, con novio, casadas: hay que hacerlo.
Interesante también preguntarse, en el fondo, ¿cuál es el verdadero motivo que hay para no empezar a conocerse íntimamente?, sin prejuicios, sin el tabú que existe en torno a nuestro propio cuerpo y esta sin duda es LA GRAN diferencia o por lo menos la número uno, entre la plena sexualidad que disfrutan los hombres: se conocen a la perfección, aun cuando el acto sexual es más “básico” para la mayoría de ellos, también la sencillez de su placer se resume en que se conocen muy bien, hacen lo que les gusta y no temen pedir lo que les genera más placer, no tienen ninguna voz interna adoctrinándolos, disfrutan el momento, se dejan llevar y se hacen cargo de su propio placer (estamos claras y es un punto que la mayoría me compartió, a veces se hacen cargo de su placer al extremo de no preocuparse por nada más, ¡ERROR señores!).
Aclaro que muchas de las mujeres con las que hablé la tienen clarísima, conocen perfectamente su detonante de placer, saben sin duda alguna qué y cómo lo quieren, disfrutan de una vida sexual hiper activa, una sexualidad explorada frecuente y casi permanentemente, pues tienen la plena seguridad de pedirlo, estando o no en una relación formal, que es otro tema y un punto a debatir, pues encontré que para muchas, la primera respuesta para la pregunta de
¿Cuál creen que es el principal impedimento para disfrutar 100% su sexualidad?
Fue: “no tener la suficiente confianza con esa persona” diferente de la primera respuesta de los hombres que fue: “que haga lo que me gusta, que se mueva bien, que no sea vaca muerta”. Esto deja para pensar varias cosas, a las mujeres nos gusta tener conexión, ese vínculo que es importante porque más que confianza nos permite sentirnos validadas y valoradas, ¿no?, porque admitir disfrutar de estar con alguien que no conocen tanto, ya interpone un juicio de valor y es por eso que es interesante poder entender este pensamiento, yo creo que tiene mucha trascendencia.
Las mujeres por naturaleza, no culturalmente, sino per se, obtienen satisfacción en satisfacer al otro, somos dadoras de vida, somos generosas, sin embargo a un conclusión a la que llegué con una de ustedes, a quien admiro grandemente porque es una real dueña poderosa y libre de sí misma, sin pretensiones, sin ganas de querer hablar de más para impresionarme, ni con mentiras o exageraciones, su conclusión es:
“En el sexo hay que ser narcisistas y medidamente egoístas”
No significa que dejemos de lado esa noble necesidad de que el otro disfrute y ser el mejor polvo de su vida, sino poder entender que por encima debería estar el interés de buscar nuestra satisfacción, sí o sí.
Me causó curiosidad que algunas de ustedes consideran extrañas, prácticas “normales”, no es un juicio de mi parte, ni creo que sean mojigatas en absoluto, otras me contaron cosas que para mi no son normales tampoco, ni las haría, pero de ahí que el significado de “normal” tenga tantas connotaciones.
Lo que sí me dio mucho entusiasmo, fue ver cómo muchas tienen tan definidos sus gustos y además los exigen, ponen reglas de frecuencia por ejemplo, están seguras de sí mismas y lo reflejan, no es que sean perfectas pero no tienen complejos y realmente que todas “lleguen” a esto es muy importante (literal).
Este es un tema muy profundo, (literal también jajaja), porque encierra muchísimos matices, así que decidí dividirlo en dos, la segunda parte se las comparto el próximo viernes.
Les voy a contar muchos, ojalá todos, los detalles de los temas que ustedes me pidieron hablar, por ejemplo el tema “superficial” pero no menos importante: los olores, uno de los temas más hablado por ustedes.
También les quiero compartir unos pensamientos sobre la eyaculación “precoz, no precoz”, la relación indirecta (o directa para algunas) de la penetración y el orgasmo femenino, de aquí unos pensamientos compartidos por una mujer lesbiana bastante interesantes, otras formas de sexo: ora, anal , tántrico. Sin dejar de mencionar a los satanizados pero nobles “sex toys”, algunas experiencias sexuales extrañas, fantasías y temas sensibles como la monogamia, el sexo en el matrimonio y muchísimos temas que me compartieron tan abiertamente y que realmente estoy súper agradecida de poderlos traer al blog.
Espero que hayan disfrutado de este abrebocas, quiero leer sus comentarios y si alguna me quiere compartir alguna cosa, consejo, práctica imperdible, para las demás lo súper tengo en cuenta.
¡LAS LEO!
Grandioso artículo!
Este es un tema que genera horas de diálogo y pensamientos que me encanta. Generar estos espacios, abre la puerta al conocimiento y sobre todo a las experiencias que son la mejor manera de aprender .
Admirable señora escritora un abrazo y ansiosa por seguir leyendo lo que se viene. Felicitaciones 👏🏼😘
Quiero seguir leyendo jajajajaa es cierto hablar con libertad de este tema te hace ver frente a una sociedad como una mujer demasiado liberada y pues no tiene nada que ver.
Debemos saber que queremos y hasta cuando lo queremos !
Me encanta leerte lo sabes